En la era del cambio climático, la necesidad de aire acondicionado en nuestros hogares está en constante aumento. En este sentido, una de las primeras medidas que debe tomar un edificio que aspire a ser energéticamente sostenible es mejorar su aislamiento térmico. ¿Por qué? Porque al reducir las pérdidas y ganancias de calor, se reduce significativamente la demanda de climatización, lo que no solo reduce el consumo de energía, sino que también disminuye la huella de carbono asociada al uso de sistemas de calefacción y refrigeración. Es un paso crucial hacia la construcción de un futuro más sostenible y confortable para todos.
En la actualidad dependemos en gran medida del aire acondicionado para mantenernos frescos. Sin embargo, la aplicación de recubrimientos termoaislantes en paredes y techos puede contribuir a disminuir la dependencia del aire acondicionado. Estos recubrimientos actúan como una barrera protectora, aislando nuestros edificios del calor exterior y permitiendo así una temperatura más confortable en el interior sin necesidad de recurrir en exceso al aire acondicionado. Esta estrategia no solo conlleva una reducción significativa en los gastos asociados a la climatización, sino que también ayuda a romper el ciclo vicioso al que nos enfrentamos constantemente: el sol calienta los edificios y nosotros gastamos mucha energía en devolver ese calor al exterior a través de los aires acondicionados.
Para analizar este tipo de propuestas, investigadores de la Universitat Politècnica de València lideraron un proyecto consistente en evaluar el impacto energético de los recubrimientos de la empresa mexicana G-COVER, especializada en el desarrollo de soluciones para el aislamiento térmico de edificios. Para ello, realizaron experimentos y desarrollaron modelos que predecían los ahorros energéticos que se lograrían al utilizar la pintura en diferentes construcciones ubicadas en diversas zonas climáticas.
Los prometedores resultados de estas primeras investigaciones llevaron a la empresa colombiana Energesis Smart a plantear un ambicioso reto: analizar el impacto en el consumo energético de aplicar el recubrimiento en ochenta casas ubicadas en distintos municipios del departamento caribeño del Magdalena.
Este análisis formó parte del ambicioso proyecto Investigación de los efectos de la variabilidad climática y el cambio climático sobre el recurso hídrico, biodiversidad y actividades agropecuarias en el departamento del Magdalena, financiado por el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación colombiano.