Es un verdadero placer encontrarme aquí en Valencia y quiero expresar mi más sincero agradecimiento por la invitación. Mi nombre es Víctor Manuel Castaño Meneses y me desempeño como físico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En mi labor, ocupo dos roles importantes: por un lado, soy investigador en el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada, del cual tengo el honor de ser fundador; y por otro, trabajo como funcionario de la Secretaría del Desarrollo Institucional, una oficina asociada a la Rectoría de la UNAM, donde coordino proyectos estratégicos y de prospectiva.
Navegando hacia el futuro con responsabilidad ética y social
Cuando me planteo cómo la inteligencia artificial (IA) impactará en el futuro y cómo interactuará con la educación y la sociedad, encuentro crucial reflexionar sobre nuestra historia. Desde mi perspectiva como experto en prospectiva, considero que las condiciones iniciales para modelar y comprender el futuro se encuentran arraigadas en los desarrollos históricos. Recuerdo claramente mis años de bachillerato en la década de 1980, cuando las calculadoras electrónicas comenzaban a surgir. En aquel entonces, nuestros profesores nos instaban a evitar su uso, argumentando que podrían limitar nuestro pensamiento.
Hoy en día, me encuentro involucrado en la creación de la primera ley de Inteligencia Artificial en América Latina como parte de un comité del Senado de la República de México. Aunque reconocemos los desafíos que plantea la IA, confío en la capacidad de adaptación de la humanidad. Hemos superado grandes adversidades a lo largo de la historia, desde guerras mundiales hasta genocidios, y hemos avanzado significativamente en ciencia y tecnología. Sin embargo, no debemos perder de vista a aquellos que podrían quedarse rezagados en este avance tecnológico, como los niños y las personas de la tercera edad que carecen de los recursos necesarios para participar plenamente en la sociedad digital.
Es por eso que considero fundamental abordar estas brechas y garantizar la inclusión de todos en el futuro digital. Aunque enfrentamos desafíos, mantengo una visión prospectiva positiva. Creo firmemente en la capacidad de la humanidad para superar obstáculos y aprovechar el potencial transformador de la inteligencia artificial para el bien común.
Juntos, podemos navegar hacia un futuro más prometedor, donde la ética y la responsabilidad social guíen nuestro camino.